Carta abierta a periodistas

Bandera blanca chicos. En serio, esto no es una guerra. Aunque para algunos de vosotros una llamada nuestra es peor que una llamada del mismísimo Satanás. No, no llamamos para fastidiaros la mañana, de verdad.

Dicho esto, y antes de meterme en un berenjenal que no sé si me conviene mucho, quiero matizar un aspecto MUY IMPORTANTE que me gustaría que nadie que leyera esta carta olvidara: hay periodistas, muchos, que son encantadores, muy profesionales y que tratan con los demás con amabilidad y respeto. Hay periodistas con los que me llevo de fábula, otros con los que tengo un trato muy correcto y profesional. De hecho son la mayoría. Esta carta no va para ellos.

He leído no uno, ni dos, ni tres artículos con las quejas de algún periodista sobre la malísima profesionalidad de las agencias de comunicación. Así en general. Todas, hala. Que cómo se nos ocurre llamar para confirmar un envío de nota de prensa, que qué fuerte que mandamos la misma información a dos periodistas del mismo medio, etc…

Sí, lo reconozco, YO he llamado a periodistas para saber si se habían podido leer la propuesta de tema que les había enviado por mail (eso sí, nunca para preguntar de manera inquisitiva “¿lo vas a publicar?”). Matadme. Pero ¿sabéis qué? En muchos casos ni habían visto el mail (“Recibo tantos que estará perdido por la bandeja de entrada pero me interesa lo que me cuentas, vuélvemela a mandar y me la miro”). Y se leen el mail, y hacemos el tema. ¿Sabéis lo que hubiera pasado si no llamo, verdad? Aunque seguro que muchos de vosotros ahora estáis pensando (yo lo haría) que por qué no me ahorro el primer mail y les llamo directamente para proponerles el tema y así no les saturo la bandeja de entrada. Tengo respuesta: lo he hecho y ¿sabéis qué me han contestado? “Mándamelo por mail con toda la info y me lo miro con tranquilidad”. El bucle infinito.

Imagino que debe ser muy pesado estar investigando sobre un tema y tener que atender las llamadas sobre notas de prensa, seguro. A mí también se me hace pesado contestar uno por uno los currículums que recibimos en la agencia pero lo hago lo mejor que puedo, porque es parte de mi trabajo.

Siguiendo con las confesiones… Sí, lo reconozco, YO he mandando la misma información a diferentes periodistas de un mismo medio. Rematadme. Pero, ¿qué queréis? Aunque tengamos las bases de datos de los medios hipermegasuperactualizadas no podemos saber si esa semana Fulanito está fuera, o “los martes y los jueves no viene”, o “ahora ya no lleva hockey, ahora lleva gimnasia rítmica, lo cambiaron la semana pasada”. Entenderéis que me quiera asegurar el tiro mandando la información a los periodistas del medio que creo que les puede interesar el tema. No estoy hablando de mandar notas de prensa indiscriminadamente a todo Dios, estoy hablando de proponer un tema a una sección. Yo he estado en una redacción, he recibido la misma nota de prensa que el compañero de al lado y ni él ni yo nos hemos muerto. Ni tan siquiera nos hemos ofendido.

¿Qué quiero decir con todo esto? Que por supuesto que las agencias de comunicación, las personas que trabajamos en ellas para ser más exactos, cometemos errores. Seguramente más de los que nos gustaría. Pero también proponemos temas interesantes, también facilitamos el trabajo y también os sacamos del apuro en alguna ocasión. Y, al final, todos somos profesionales intentando hacer nuestro trabajo de la mejor manera posible.

Caro Alvira